jueves, 29 de agosto de 2013

Guía de lectura y preguntas/Clase 2

1. Describa las diferencias entre Leopoldo Lugones y Roberto Arlt a partir de la tesis de Beatriz Sarlo en “La imaginación técnica”. Explicite la relación que uno y otro establecen con sus lectores. 2. Por qué para Beatriz Sarlo la Argentina “tuerce muy radicalmente su curso en los años cuarenta”? Reconstruya las hipótesis de su trabajo. 3. Analice por qué para Sarlo la radio en tanto innovación técnica produce una revolución cultural y es incorporada como “milagro técnico”. Para ello, reconstruya el contexto y las fantasías tecnológicas presentes en la prensa de esos años. 4. Describa la figura del pionero moderno a partir de algunos rasgos de la biografía de Horacio Quiroga. Utilice los textos de Sarlo y Rivera. 5. Desarrolle la relación que Quiroga establece con el cine a partir de las hipótesis de Beatriz Sarlo. Utilice para ello alguno de sus cuentos sobre el tema. 6. Explique cómo se produce el proceso de profesionalización del escritor argentino y establezca las diferencias entre Rivera y Sarlo. 7. Desarrolle las características del nuevo público lector a comienzos del siglo XX en Argentina y su relación con la aparición de nuevos formatos periodísticos. 8. Describa de qué manera afecta a la producción artística literaria el proceso de surgimiento de la industria cultural en Argentina. ¿Qué tipo de escritores genera esta transformación? Mencione los formatos y géneros que surgen asociados a este proceso. 9. Diferencie los “gentleman escritores” de los “escritores profesionales” y explique su relación con la emergencia de la figura del periodista. 10. Reconstruya los principales proyectos editoriales desarrollados entre las décadas de 1920 y 1930 en Argentina. Explique quiénes fueron sus impulsores y pioneros. 11. Describa el campo literario en la Argentina de las primeras tres décadas del siglo veinte y qué lugar ocupan los escritores profesionales y los periodistas en ese contexto. 12. ¿En qué consiste el sistema de relevos del cual habla Beatriz Sarlo en “La imaginación técnica”? 13. Describa en qué consisten los “saberes del pobre” según Beatriz Sarlo.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Prólogo a Los Lanzallamas / recurso clase dos

Prólogo a Los lanzallamas

Palabras del autor (1931)
ROBERTO ARLT
Del libro Los lanzallamas (Editorial Losada, Buenos Aires, 1977)

Con Los lanzallamas finaliza la novela de Los siete locos.
Estoy contento de haber tenido la voluntad de trabajar, en condiciones bastante desfavorables, para dar fin a una obra que exigía soledad y recogimiento. Escribí siempre en redacciones estrepitosas, acosado por la obligación de la columna cotidiana.
Digo esto para estimular a los principiantes en la vocación, a quienes siempre les interesa el procedimiento técnico del novelista. Cuando se tiene algo que decir, se escribe en cualquier parte. Sobre una bobina de papel o en un cuarto infernal. Dios o el Diablo están junto a uno dictándole inefables palabras.
Orgullosamente afirmo que escribir, para mí, constituye un lujo. No dispongo, como otros escritores, de rentas, tiempo o sedantes empleos nacionales. Ganarse la vida escribiendo es penoso y rudo. Máxime si cuando se trabaja se piensa que existe gente a quien la preocupación de buscarse distracciones les produce surmenage.
Pasando a otra cosa: se dice de mí que escribo mal. Es posible. De cualquier manera, no tendría dificultad en citar a numerosa gente que escribe bien y a quienes únicamente leen correctos miembros de su familia.
Para hacer estilo son necesarias comodidades, rentas, vida holgada. Pero por lo general, la gente que disfruta de tales beneficios se evita siempre la molestia de la literatura. O la encara como un excelente procedimiento para singularizarse en los salones de sociedad.
Me atrae ardientemente la belleza. ¡Cuántas veces he deseado trabajar una novela, que como las de Flaubert, se compusiera de panorámicos lienzos…! Mas hoy, entre los ruidos de un edificio social que se desmorona inevitablemente, no es posible pensar en bordados. El estilo requiere tiempo, y si yo escuchara los consejos de mis camaradas, me ocurriría lo que les sucede a algunos de ellos: escribiría un libro cada diez años, para tomarme después unas vacaciones de diez años por haber tardado diez años en escribir cien razonables páginas discretas.
Variando, otras personas se escandalizan de la brutalidad con que expreso ciertas situaciones perfectamente naturales a las relaciones entre ambos sexos. Después, estas mismas columnas de la sociedad me han hablado de James Joyce, poniendo los ojos en blanco. Ello provenía del deleite espiritual que les ocasionaba cierto personaje de Ulises, un señor que se desayuna más o menos aromáticamente aspirando con la nariz, en un inodoro, el hedor de los excrementos que ha defecado un minuto antes.
Pero James Joyce es inglés. James Joyce no ha sido traducido al castellano, y es de buen gusto llenarse la boca hablando de él. El día que James Joyce esté al alcance de todos los bolsillos, las columnas de la sociedad se inventarán un nuevo ídolo a quien no leerán sino media docena de iniciados.
En realidad, uno no sabe qué pensar de la gente. Si son idiotas en serio, o si se toman a pecho la burda comedia que representan en todas las horas de sus días y sus noches.
De cualquier manera, como primera providencia he resuelto no enviar ninguna obra mía a la sección de crítica literaria de los periódicos. ¿Con qué objeto? Para que un señor enfático entre el estorbo de dos llamadas telefónicas escriba para satisfacción de las personas honorables:
"El señor Roberto Arlt persiste aferrado a un realismo de pésimo gusto, etc., etc."
No, no y no.
Han pasado esos tiempos. El futuro es nuestro, por prepotencia de trabajo. Crearemos nuestra literatura, no conversando continuamente de literatura, sino escribiendo en orgullosa soledad libros que encierran la violencia de un "cross" a la mandíbula. Sí, un libro tras otro, y "que los eunucos bufen".
El porvenir es triunfalmente nuestro.
Nos lo hemos ganado con sudor de tinta y rechinar de dientes, frente a la "Underwood", que golpeamos con manos fatigadas, hora tras hora, hora tras hora. A veces se le caía a uno la cabeza de fatiga, pero…. Mientras escribo estas líneas pienso en mi próxima novela. Se titulará El Amor brujo y aparecerá en agosto del año 1932.
Y que el futuro diga.

lunes, 26 de agosto de 2013

Clase 3: Upa en Apuros


Ficha Técnica: Upa en apuros (cortometraje animado, 1942).
Director: Tito Davison
Guión: Dante Quinterno